miércoles, 7 de diciembre de 2011

Sonda Voyager 1 llega a una nueva región al borde del sistema solar.


Después de 34 años de viaje, la sonda Voyager 1 de la NASA llegó al borde exterior de nuestro sistema solar, entrando a una nueva región que ha sido llamada “zona de estancamiento” por los científicos, y que sería la última zona antes de salir al espacio interestelar.

Aunque el Voyager está a unos 18.000 millones de kilómetros del sol, los datos enviados por la sonda no muestran cambios en las líneas de campo magnético, lo que indica que el aparato todavía está en la heliósfera - es decir, en la zona de influencia de nuestro sol. La heliósfera forma una burbuja magnética alrededor del sol y los planetas, que nos separa del resto del espacio.

La “zona de estancamiento” sería la capa más exterior de la burbuja alrededor del sistema solar. “Encontramos que las velocidades del viento son bajas en esta región y soplan erráticamente. Por primera vez, hay viento que incluso sopla contra nosotros. Evidentemente estamos viajando en un territorio completamente nuevo. Científicos habían sugerido que podía haber una “capa de estancamiento”, pero no estábamos seguros de que existía hasta ahora”, dijo Rob Decker, investigador del Voyager en la Johns Hopkins University.

En esta zona, los vientos de partículas cargadas que emite nuestro sol son menores, y el campo magnético está comprimido, debido aparentemente a la presión que el espacio exterior ejerce sobre la burbuja. Además, partículas de alta energía de nuestro sistema solar, que habían permanecido constantes en los últimos años, ahora parecen estar filtrándose hacia afuera, al espacio interestelar.

Al mismo tiempo, Voyager 1 detectó un aumento de 100 veces en la intensidad de electrones de alta energía que provienen de otros lugares de la galaxia, y que entran a nuestro sistema solar desde afuera, lo que es otra señal de que se está acercando a la frontera.

No se sabe cuándo la sonda abandonará nuestro sistema solar – podrían ser algunos meses, o un par de años. Lo que sí está claro, es que los datos que envíe el Voyager permitirán conocer cómo es el espacio entre las estrellas y los sistemas solares, que hasta ahora sólo hemos visto a través de telescopios.

Voyager 1 y su hermana Voyager 2 fueron lanzadas en 1977, y pese a la edad que tienen y las duras condiciones que han enfrentado en el espacio, están en buenas condiciones, enviando información de manera constante. Voyager 2 está en este momento a 15.000 millones de kilómetros del sol, ya que sigue una trayectoria de viaje más circular que Voyager 1, que va más rápido.